La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol en Cerbón es un templo románico geminado. Nació con dos naves idénticas, unidas por uno de sus lados, rematadas por sendas cabeceras de planta semicircular. Pero desconocemos el porqué de esta curiosidad de origen, que genera asimetría funcional, pues la liturgia de la misa (objeto de una iglesia parroquial) se beneficia de la presencia de un eje jerárquico, y por ello las iglesias suelen tener un número impar de naves.
¿Es un unicum? No. El precedente está bien cerca, cuando en 1192, en la vecina localidad de Ágreda, se erigió Ntra. Sra. de la Peña. Hubo más medios con el tiempo y se sustituyeron sus parejas cabeceras románicas en estilo renacentista. En Cerbón, construida en las primeras décadas del siglo xiii, quedó el edificio anclado en el tiempo y las modificaciones solo llegaron a la zona de los pies (con la adición de una torre) y en el flanco norte, que vio nacer una sacristía y una capilla. No hay una explicación cabal para entender estas iglesias.
En el pueblo se dice que esta anomalía se explica porque antaño la iglesia lo fue de un monasterio de monjas y monjes, es decir, dúplice, y las dos naves se construyeron para que cada sexo tuviera la suya y allí se sentase. Candorosa explicación, desde luego, no exenta de interés, por más que nada permita suponer que Cerbón no fuera iglesia parroquial desde un principio. No hay resto ni huella de edificaciones anejas, y menos de la magnitud que exigiría un cenobio; ningún documento se refiere a tal centro monástico; ningún elemento arquitectónico conservado remite a tal suposición… Nada. No hubo nunca monasterio. El edificio fue parroquial, para servir a la comunidad como en cualquier otro pueblo. Hubo un uso extendido en las parroquias (insistimos, no iglesias monásticas) por el que las mujeres se sentaban en un flanco (por lo general, en el lado de la epístola, al sur) y los varones en el opuesto, en el del evangelio, que se trocó en muchos lugares con la disposición de las señoras en la nave y los señores en el coro alto. Pero, hasta donde sabemos, no consta que fuera así en las iglesias parroquiales de la Edad Media. En cualquier caso, los escasos restos de monasterios dúplices conservados no duplicaban estancias. Bastaba con organizar el uso de las que había, como, por ejemplo, ocurría en los baños medievales, ocupados unos días por ellos y otros por ellas. Tampoco se duplicaron.
Los precedentes de construcciones eclesiales de dos naves están en la arquitectura rupestre asociados a comunidades eremíticas mal conocidas, particularmente en el valle de Valderredible (Cantabria) y algunas construcciones riojanas (la iglesia de Suso en San Millán de la Cogolla, Santa Lucía en Ocón). No parece que Cerbón tenga que ver con este contexto ni histórico ni estético ni litúrgico. Al menos, su iglesia no ha sido asociada (ya es raro) a los pobres templarios ni ha dado pábulo a comerciales justificaciones esotéricas, lo que sí ha sucedido con la iglesia de Santa Marina en Udalla (Cantabria), de cronología más avanzada que la de Cerbón, pero igualmente con dos ábsides y sendas naves, todo gemelo, y que suscita los mismos interrogantes.
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https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/diciembre_18/11122018_01.htm