No había en 1924 mucha sensibilidad para los grafitos históricos, pero el que hoy nos visita, de unos cuarenta centímetros de longitud, llamó la atención a Clemente Sáenz García, que el 9 de agosto de 1923 (pocas veces tenemos un dato de registro tan preciso) lo midió, calcó, transcribió y dibujó, para que José Garnelo lo publicara un año después. Restaba muy poco tiempo para el fatal arranque de las pinturas románicas de la ermita de San Baudelio (Casillas de Berlanga, Soria). Su registro fue escrito y fotográfico, gracias a las espléndidas instantáneas de la fototipia de Hauser y Menet. Treinta años después de este estudio, Gaya Nuño afirmaba que esta incisión ya «no [era] visible en las fotografías de la pintura arrancada y ahora en la colección Dereppe», cuando el conjunto mural soriano viajó a Estados Unidos. El rasguño material parecía haberse destruido. Como tantos.
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https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/mayo_18/09052018_01.htm